A TREE grows in Cabo Delgado: How skills training builds rural economic empowerment
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OIT
La Organización Internacional del Trabajo es un organismo tripartito de la ONU que promueve el Trabajo Decente a través del empleo, la seguridad social, las normas laborales y el diálogo social. Su labor en el desarrollo de competencias se rige por el marco conceptual sobre las Capacidades para mejorar la productividad, el crecimiento del empleo y el desarrollo, acordado en 2008 por los representantes de los Gobiernos, las Asociaciones de Empleadores y las Asociaciones de Trabajadores. La investigación, el asesoramiento sobre políticas, los proyectos piloto y los programas de cooperación técnica para aplicar buenas prácticas en circunstancias diferentes en sus 185 Estados miembros tienen como objetivo mejorar la empleabilidad de los trabajadores, la productividad y la competitividad de las empresas y la capacidad integradora del crecimiento económico. La Secretaría de la OIT en las oficinas de 40 países trabaja con los Ministerios de Trabajo, organizaciones de empleadores y sindicatos para integrar el desarrollo de competencias en las estrategias de desarrollo nacionales y sectoriales con el fin de: responder mejor a las necesidades actuales del mercado de trabajo y prepararse para los empleos del futuro; ampliar el acceso a la formación relacionada con el empleo para que los jóvenes, las personas con discapacidad y otros grupos vulnerables estén mejor preparados para adquirir competencias y conseguir un empleo productivo y decente; y mejorar la capacidad de los servicios públicos de empleo para proporcionar orientación profesional, mantener Bolsas de Trabajo y ofrecer programas activos del mercado laboral. Si desea obtener más información sobre la labor de la OIT en materia de competencias y empleabilidad, visite: http://www.ilo.org/skills/lang--es/index.htm; para la Plataforma de gestión del conocimiento de OIT/Cinterfor, véase http://www.oitcinterfor.org

Acceso a la formación

El acceso de todos a una educación de calidad, a la formación profesional y a la formación en el puesto de trabajo es un principio fundamental de la cohesión social y el crecimiento económico. Algunos grupos de personas pueden requerir una atención específica para poder beneficiarse de las oportunidades de educación, formación y empleo.
Esto se aplica particularmente a los jóvenes desfavorecidos, los trabajadores menos calificados, las personas con discapacidad y aquellas que viven en comunidades rurales. El atractivo de la educación y formación profesionales se ve reforzado cuando se combina con formación empresarial y cuando las políticas públicas alientan la utilización de mayores competencias por parte de las empresas.
Empleo rural

Ocho de cada 10 trabajadores pobres en el mundo -que viven con US $ 1,25 al día- residen en zonas rurales. Además, muchos están atrapados en empleos vulnerables, especialmente en la agricultura. Florecientes zonas rurales son vitales para el desarrollo regional y nacional. Sin embargo, las economías rurales tienden a hacer frente a una amplia gama de desafíos, que las zonas urbanas tienen más probabilidades de superar. Por ejemplo, el acceso a los servicios de transporte, sanidad y salud, y una base de consumidores a proximidad, lo cual apoya en gran medida el desarrollo de pequeñas y medianas empresas. Las mujeres y los hombres que trabajan en las zonas rurales también se enfrentan a dificultades asociadas con la escasez de oportunidades económicas, la falta de inversión, una infraestructura y servicios públicos deficientes, los cuales incluyen la educación, y, en muchos casos, un gobierno débil y mercados subdesarrollados.
La educación, el espíritu empresarial y la infraestructura física y social, juegan un papel importante para el desarrollo de las regiones rurales. Las competencias laborales son fundamentales para mejorar la empleabilidad, para generar oportunidades, reducir la pobreza, mejorar la productividad y promover el desarrollo sostenible.
Materiales de promoción
Presentaciones, documentos de trabajo, informes de reuniones, material divulgativo, vídeos, fichas descriptivas, folletos y boletines informativos sobre el desarrollo de competencias para el empleo.

In a remote area of Mozambique, rural populations face a daunting path out of extreme poverty and vulnerability. With the support of the Korea International Cooperation Agency (KOICA), the ILO is implementing its “TREE” programme aimed at promoting decent work and inclusive growth.
The rural people of Mozambique’s Cabo Delgado province, located in the north, are among the poorest and most vulnerable in the country. Despite relatively strong economic growth in Mozambique through the first decade of this century, in this region poverty and illiteracy remain widespread and present huge challenges for training and skills.
“Most of them do not have any kind of qualification or training,” says Ana Cristina Paulo, the ILO’s Chief Technical Officer of the project in Mozambique. Moreover, the level of illiterate young and adult population aged 15-60 years and above remains among sub-Saharan Africa’s highest. “They often do not speak Portuguese (the National language), just the local dialects, and they live in very remote areas with no access to power or even potable water.”
Given the broad consensus that training in skills is one of the most direct paths to promote decent work and encourage inclusive growth in high and low income economies alike, in 2015 the ILO, with the support of KOICA, began implementing the 'Skills for employment and productivity in low income countries' programme in selected districts of Cabo Delgado.
The project adapts elements of the G20 Training Strategy developed by the ILO, in partnership with other international, regional and national organizations and employers’ and workers’ representatives, to support the transition between education, training and work.
A central part of the effort is the TREE programme being implemented by the ILO, in collaboration with the government of Mozambique. Short for Training for Rural Economic Empowerment, TREE has grown from deprived communities in Bangladesh and Pakistan to provide a model for liaising with the community it aims to help in structuring training design and implementation. It is especially effective in environments with poor opportunities for education and formal technical training.
The first step in the TREE programme is to go into the community and look to understand the local economy and the level of skills already present: “We made a diagnosis of the economic opportunities that could easily create jobs,” says (Ms.) Paulo. “We have decided to deliver training now in 20 areas such as carpentry, fisheries, photovoltaic energy, crafts … a wide range,” including some 1,100 youth who are currently completing the first stage of training in the TREE methodology.
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